martes, 17 de diciembre de 2013

Hilda

Hilda viene desde un pueblo llamado Cumandá. Me contó que su esposo le golpeaba mucho y que hace pocos años decidió separarse, cada quien vivir en un piso de la casa. El ya no le molesta aunque le costó, le amenazaba, no fue fácil.Siempre ha contado con el apoyo de sus hijas que le decían mamita ya no aguante los golpes. Casi todas las hijas emigraron a España y enviaron dinero para comprar casas y bienes. Esta señora tiene cáncer de estómago, estuvo muy mal, y tuvo que ir por todo el trámite en el ministerio de salud y luego la transferencia a solca, me cuenta que no se alimenta bien. Sus hijas le quieren dar de comer pero la comida no le sabe bien. Algunas veces le han regresado por tener las defensas bajas y varias veces le ha dado gripe. Ha asistido al velorio y funeral de su compadre, además le gusta mucho ir a misa en el pueblo vecino, para lo cual tiene que coger taxi, esa misa es llena, el padre es muy emotivo. También me pidió que ha rogado que no le llamen a quimio a fin de año para poder estar tranquila. Finalmente su hija que todavía vivía en España se regresa ya, pues se divorció y van a vivir juntas, tiene una hija.

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