viernes, 25 de octubre de 2013

Te soñé, Señor

Estuve una semana en la casa de mis padres, en donde me prepararon una cama, me sentí como cuando era niña y nuestra casa no tenía otro cuarto y dormía con ellos. Era mi cama de soltera, mis sábanas y el cobertor. Alli permanecí una semana, bajo los cuidados y comiendo comidita de casa, en las tardes mis hijos se ponían la bata y la mascarilla y me visitaban.

Yo pasándola feo, sin fuerzas, mareada, viendo luces, sintiendo cosas en el estómago. Luego de una semana me fui a mi departamento.

La segunda noche en el departamento estaba durmiendo profundamente y te sentí, viniste a mí sentí un empujón y algo en mi corazón me dijo es Jesús vino para decirte que está contigo que no estas sola, sentí una paz, pude ver su luz, se vino a mi mente la canción "aunque mis ojos no te pueden ver, te puedo sentir, estás ahí" y me quedé dormida

Casi no me pude peinar para ir al trabajo

Hoy acudí a Solca para un examen de sangre que servirá para la cita con el oncólogo clínico el lunes que viene. A las siete y quince llegué y ha habían personas en la fila, sentí dudas, luego de 10 minutos terminé animándome a ponerme la mascarilla que la usé hasta salir de ahí.

Siéntese y muestre el brazo, un pinchazo, suelte la mano, doble el brazo, gracias eso fue todo. Al salir re confirmamos la cita con el doctor.

Antes de salir me habia hecho una cola, pienso que todavía me queda mucho cabello lo malo es que tengo varias entradas despobladas.

Pero al volver del examen decidí cambiar de peinado, diez minutos me la pasé frente al espero tratando de mover mi cabello hacia el lado que me favoreciera más.

Ya no le quedan más días a mi hermoso y abundantísisisimo cabello, atrás tengo mucho todavía, en la parte frontal ya es escaso, además mucho del que me queda ya está suelto y sin vida y se ha pegado a los otros.

No sé si raparme ya la cabeza o seguir resistiendo. He leído muchos blogs en los que lo mejor fue cortarse y luego pasar la máquina. Hay cabellos por todas partes, siempre hago una pelota y a la basura tratando de que no me afecte, cabello no más es y todavía me queda mucho.

Yo siempre he sido muy orgullosa de mi cabello y de la extrema abundancia. Incluso entre dos chicas cuando iba a hacerme un peinado terminaban siempre en una hora.

Hoy ví las cosas de otra manera, llegué a comprender a las mujeres que sufren de caida de cabello y tratan de arreglarse las pocas hebras que les queda y estar bellas, luzco como ellas, guapísima.

Por dentro estoy intacta, mis sentimientos están como siempre, mi corazón está en paz y sin rencores, estoy lista para mi segunda quimio.